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Venom: lo que no fue no será

por Ale Castillo

Sin duda alguna VENOM ha sido una de las cintas más esperadas de este 2018 por los amantes del Universo Marvel; sin embargo las primeras críticas hicieron que los espectadores llegaran a dudar sobre el resultado, pero: ¿Es tan mala como se dice?

La película, dirigida por Ruben Fisher  no es completamente mala, pero tampoco es buena, ¿Entretenida? Tal vez, podría decirse que no trascenderá como una obra maestra del cine superheróico. A pesar de que Venom, como bien lo ha demostrado en los comics, tiene todo y se presta perfecto para redefinir el género en la línea  de Deadpool, Sony y Marvel parecen haber ido por lo seguro y terminan siguiendo una fórmula muy típica, que al final ¿Cumple?

La premisa es simple, Eddie Brock (Tom Hardy) es un periodista experto en investigación que comete un “error” al intentar desenmascarar a un megalómano, cuyos experimentos han causado la muerte de personas inocentes. La osadía de Brock le cuesta su carrera y su tren de vida exitosa, para convertirlo en un paria que debe soportar vivir como un sujeto cualquiera, con vecinos escandalosos incluidos.

Después de muchos intentos fallidos por recuperar su trabajo, el intrépido periodista, encuentra nuevamente la oportunidad de exponer los malos manejos del laboratorio que lo convirtió en un perdedor, pero se ve envuelto en una intriga que termina por brindarle superpoderes por medio de la adquisición de una entidad parasitaria proveniente del espacio exterior.

Sin embargo, el arranque es lento y puede llegar a desesperar a los conocedores de la historia del simbionte que fuera creado en los 90 por Todd McFarlane y David Michelinie, sobre todo por los notorios esfuerzos por deslindar al personaje del universo de Spiderman.

Hardy resulta el mayor acierto, pues con su actuación deja ver una faceta humorística interesante, en gran medida gracias a los diálogos ingeniosos, que pueden llegar a parecer molestos, sobre para los seguidores del Venom de las viñetas, pues cualquier atisbo de oscuridad desaparece para dejar una figura que se antoja caricaturesca.

Por su parte Michelle Williams como Anne Weying y Riz Ahmed como el Carlton Drake, resultan buenos pero olvidables, dejando la sensación de que los guionistas no terminaron de desarrollarlos en aras de adelantar una secuela.

Aún así, los momentos más disfrutables son aquellos donde el simbionte hace su aparición, aunque las escenas de acción no plantean nada nuevo, a pesar del buen trabajo de efectos visuales.

Sin embargo, decir que Venom es un desastre resultaría exagerado y aunque no es la gran cinta que todos esperaban, hace justicia al personaje por lo menos en su diseño, en las escenas de acción y en dejar arado el camino para una segunda parte.

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