Inicio Arte y Cultura José María Velasco: referente del paisaje mexicano del siglo XIX

José María Velasco: referente del paisaje mexicano del siglo XIX

por Adriana Negrete

Comprender el paisaje mexicano del siglo XIX es impensable sin revisar la obra pictórica de José María Velasco. 

Amar la pintura de paisaje y disfrutar de la obra de José María Velasco podrían ser un sinónimo. Con una visión muy particular de la luz y el color, este pintor mexicano dio a conocer al mundo el paisaje nacional, enalteciendo su belleza y profundidad cultural.

José María Velasco nació el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México . Su padre murió en 1850 siendo él apenas un niño, por lo que tuvo que trabajar y estudiar desde aquella época; ya desde esa edad mostró afición y aptitud por el dibujo. 

Al terminar la primaria, el pequeño José María trabajaba durante todo el día en la tienda de rebozos de su tío y estudiaba en los cursos nocturnos de la Academia de San Carlos. Durante este periodo fue pupilo de Eugenio Landanesio, paisajista italiano, quien lo formó en la técnica del paisaje y el realismo.

En 1860, la Academia convocó a un concurso y Velasco obtuvo el primer lugar, ganando una beca. Además de obtener en primer reconocimiento público por su talento, este premio significó para Velasco la oportunidad de dedicarse a su obra, pues le permitiría continuar sin preocupaciones su educación artística. 

También tuvo gran interés en el estudio de anatomía, zoología, geografía, arquitectura, entre otras disciplinas, conocimientos que le ayudaron a desarrollar un estilo muy personal y una técnica depurada con gran sensibilidad y cuidado en los detalles. Se le considera precursor del paisajismo pues en su época, la pintura estaba enfocada al tema religioso y al cuerpo humano.

En 1888 fue comisionado de México en la Exposición Universal de París con la que se conmemoraba el centenario de la Revolución francesa. Entre otras piezas, se exhibieron 68 obras de Velasco, en donde recibió la Condecoración de Caballero de la Legión de Honor.

En 1877 fue nombrado profesor de Perspectiva en la Academia de San Carlos y continuó hasta 1902. Después de su retiro siguió pintando, hasta que fallece en 1912.

Algunas de sus obras más representativas son: Patio del ex-convento de San Agustín (1861), Valle de México desde el Molino del Rey (1900), La Alameda de México (1866), Catedral de Oaxaca (1887), Cañada de metlac (1893), entre otras.

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