Inicio Arte y Cultura Guadalupe Posada, vigente aún en el siglo XXI

Guadalupe Posada, vigente aún en el siglo XXI

por Redacción

José Guadalupe Posada destacó por sus litografías con escenas de muerte, estampas populares y caricaturas sociales. Falleció el 20 de enero de 1913.

Pintor y caricaturista, José Guadalupe Posada es reconocido a nivel internacional por La Catrina, además de que se hizo famoso por sus litografías con escenas de muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en la sociedad mexicana del siglo antepasado. 

El 20 de enero de 1913 falleció el grabador e impresor aguascalentense José Guadalupe Posada, de quien el poeta Octavio Paz consideraba “no un artista del siglo XIX: como Alfred Jarry, es nuestro contemporáneo. También será el contemporáneo de nuestros nietos”.

Posada se inició en el grabado a los 16 años en el taller de Trinidad Pedroso, luego de superar las rencillas familiares sobre su futuro artístico. Con Pedroso aprendió los secretos de un oficio tan antiguo como complicado. Los resultados están a la vista de todos. 

La caricatura fue una decisión personal y natural, por lo que su jefe lo introdujo al mundo del periodismo y la prensa gráfica. En El Jicote, que data de 1871, aparecieron sus primeras obras en este sentido.

En esa época, la familia lo era todo y al igual que muchas otras, la de Posada estaba preocupada por el destino elegido por José Guadalupe, quien para sosegar los ánimos consiguió una plaza de maestro de litografía en la escuela preparatoria de León, Guanajuato, donde dio clases durante un lustro. Ello no le impidió dedicarse a su gusto por los anuncios, comerciales y estampación de imágenes religiosas.

Para 1888 por las inundaciones en León regresó a la Ciudad de México, donde recibió varias ofertas de trabajo. Aquí puede decirse que despegó su carrera, ya que creó cientos de grabados para los periódicos La Patria Ilustrada, Revista de México, El Ahuizote, Nuevo Siglo, Gil Blas, El hijo del Ahuizote y otras más.

Junto a su prestigio como artista, creció su poder adquisitivo y su deseo de experimentación, al utilizar planchas de zinc, plomo o acero en sus grabados.

Hablar de Posada es referirse a una parte importante de la historia del arte mexicano del siglo XIX y del XX, de ahí que su influencia sea innegable en las generaciones posteriores a él, incluso en este siglo XXI. 

Para Octavio Paz la famosa Catrina de Posada no era únicamente una estampa satírica de las señoras elegantes de su tiempo; es una imagen poética, un emblema en el que el lujo se alía a la muerte: plumas, sedas y huesos. Es la moda, pero vista desde la perspectiva de un Leopardi: la moda hermana de la muerte.

En 1933, dos décadas después de su muerte, quien lo redescubrió fue Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló la influencia de Posada sobre artistas de las generaciones posteriores (Con información de Prensa del INBA).

Quizá te interese

Dejar un comentario