Ubicada en una pequeña chinampa al interior de los 190 kilómetros que conforman canales de Xochimilco, la Isla de las muñecas ha llamado la atención de turistas y oriundos de la Ciudad de México, debido a las distintas historias que han surgido y se han divulgado sobre su origen y permanencia.
Julián Santana Barrera, nacido el 28 de octubre de 1914, habitó durante 25 años el legendario recinto; según relata su sobrino Anastasio Santana, actual ocupante de la isla, Don Julián encontró el cadáver de una joven, quien aparentemente se ahogó al enredarse con los lirios que crecen en las orillas del lugar.
Después del desafortunado evento, Santana Barrera comenzó a escuchar pasos, gritos y lamentos de lo que él definió como el espíritu de la difunta, por lo cual tomó la decisión de guarecerse y encontrar protección en las figuras que se dedicó a clavar en los árboles y recovecos de su propiedad y que hoy se cuentan por miles.
Después de muchos años de ser acosado por voces y de aseverar que una sirena lo visitaba con la firme intención de llevárselo, el 17 de abril de 2001, Don Julián se acercó a pescar a la orilla donde atrás tiempo encontrara el cuerpo que dio origen a su extraña práctica decorativa, sin saber que ese día encontraría la muerte a causa de un infarto fulminante.
Actualmente la Isla de las muñecas se encuentra abierta al público, aunque para llegar a ella se tiene que realizar un viaje en trajinera de aproximadamente una hora que parte del embarcadero de Cuemanco.
En el lugar no hay luz y año con año recibe personas de todas partes del mundo, principalmente de Australia, de acuerdo con el testimonio de Anastasio Santana, quien también hace orgullosa referencia a las visitas de algunas celebridades como Robbie Williams, Lady Gaga y Guillermo del Toro.
La colección de la isla ha aumentado con el tiempo gracias a las donaciones de algunos turistas, quienes encuentran en las muñecas representaciones divinas a las que entregan ofrendas de manera reiterada, sobre todo a Agustinita, la favorita de Don Julián, y de la cual aseguran recibir milagros y bendiciones.