En la Ruina de los Náufragos, propuesta del laboratorio de creación escénica Teatro desde la grieta, es un ejercicio mnemotécnico cuya estructura nos remite a ese México que habita dentro de todos nosotros; un México cuyos movimientos sociales han dejado honda huella en el imaginario colectivo.
Sin embargo, el texto urdido por Francisco de León y Bruno Ruíz, no busca regodearse con la tragedia ni mucho menos anhela el melodrama fácil, todo lo contrario, la obra se acerca a los acontecimientos que han marcado ciertos episodios de la historia del país por medio de la reconstrucción de las voces de quienes la habitaron, no para hacer un recuento de datos estériles ni para construir un entramado biográfico de grandes héroes y leyendas, sino para acercar al espectador con algo mucho más íntimo: la cronología de la familia, de la tradición, la idiosincrasia, de aquello que al ser otro, también habla de nosotros mismos.
Con humor, en un ambiente que recuerda la tertulia que se gesta improvisadamente alrededor de la mesa, la propia, la de cualquiera, En la ruina de los náufragos busca generar una sinapsis colectiva a partir del canal establecido por Daniela Bustamante, Dulce Mariel y Jorge Rojas, intérpretes quienes, un poco a la manera de los fantasmas del Cuento de Navidad de Dickens, un poco en tono autorreferencial, conducen al público hacia el reencuentro con la narrativa que guardan los objetos, cuyo valor simbólico se incrementa con el paso de generación en generación.
Así, las fotografías, el recurso más inmediato para atesorar instantes, sobre todo en esta época, dejan de ser un elemento escénico estático, monolítico, para convertirse en el detonante de las diversas bifurcaciones del recuerdo, pues, y quizá para romper con la vieja creencia, las imágenes no dicen aquí más de mil palabras por su naturaleza inmanente, sino que se van revelando a partir de las anécdotas familiares y de la tradición oral que sirve como soporte para el edificio de la identidad.
Por medio de la exploración de sucesos como la Revolución, el 68 o el sismo del 85, la obra, construida desde la visión del teatro documental, coquetea con lo poético para mostrarnos que los recuerdos también son la metáfora de nuestro paso por el mundo y que van adquiriendo nuevas interpretaciones, a veces luminosas, a veces más oscuras, conforme el tiempo vierte sus arenas sobre ellos.
Después de una breve temporada que comenzó el pasado 22 de mayo, En la Ruina de los Náufragos concluye hoy 27 de junio su paso por el Foro A Poco No (República de Cuba 49, Centro Histórico, cerca del Metro Allende) Después de haber pasado también por la Sala Marlowe de la Ciudad de México, en una temporada que sirvió de plataforma para el Primer Festival de Teatro “Hijos del Maíz” de Tehuacán, Puebla.
