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El polen que permite conocer el pasado

por Redacción
  • El polen puede ser de gran ayuda para el estudio de la arqueología.

  • Investigadora mexicana y su equipo descubren cómo pudo ser el clima en México hace más de 14 mil años.

CIUDAD DE MÉXICO.-Los granos de polen son extremadamente resistentes por la necesidad de sobrevivir el viaje desde la antera de la flor y fecundarla. Esta característica permite que puedan almacenarse en diferentes ambientes por miles o millones de años y al ser desenterrados pueden indicarnos características del ambiente en donde crecían y las plantas que los produjeron.

La doctora Gabriela Domínguez Vázquez, profesora investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se ha dedicado a estudiar las propiedades del polen y su uso en la investigación del pasado, y explica que la polinización determina la cantidad de polen que se produce en una flor, pero además  “(…) es importante conocer este proceso porque sucede a diario y genera las condiciones que permiten nuestra existencia”.

Mediante sus investigaciones, la doctora Domínguez ha obtenido conclusiones del pasado a partir de observar el polen y explica que a través de éste se obtiene información respecto a“(…) núcleos de sedimento de ríos, lagos, esteros, pantanos y se comienzan a obtener granos de polen en las muestras, las cuales se extraen con técnicas químicas, para posteriormente ser clasificados y contados”. Así, se logran apreciar datos que brindan pistas sobre el cambio climático, pues a través del estudio del polen se han podido “(…)detectar partículas orgánicas, como macrorrestos de carbón con los que se pueden reconstruir incendios forestales del pasado e indagar en los cambios climáticos y sus causas, si proviene de una erupción volcánica o es de causa humana”.

A través de estas técnicas, se ha podido desentrañar un poco del pasado de las tierras aztecas, por ejemplo: en el lago de Chapala se han reconstruido los incendios por 14 mil años, y en la zona del Bajío se han hecho estas reconstrucciones por 22 mil años, descubriendo que era mucho más húmedo de lo que es en la actualidad.

Este último proviene del lago cratérico de la Joya, en el rincón de Parangueo, Guanajuato, donde a través de las investigaciones se obtuvo un núcleo de 14.5 metros que dio una edad de 22 mil años, con esto pudieron develar que en ese tiempo la precipitación era de dos mil milímetros de agua por año aproximadamente, “(…) el ambiente sería algo similar a lo que ahora conocemos como un bosque de niebla”, indica la Doctora Domínguez.

Información como ésta permite conocer cómo afectaría en el futuro un posible incremento de los niveles del mar, que es lo que se prevé en la comunidad de científicos. “El polen ha permitido que se conozca un poco más del pasado. Sus aplicaciones rebasan al tiempo presente que nos alimenta, viste y sostiene, también nos nutre con el conocimiento de tiempos viejos”, finaliza la Doctora Gabriela Domínguez Vázquez (Con información de la Agencia Informativa de Conacyt y de Paloma Carreño Acuña).

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