Entre los capítulos de la vida de Cleopatra más reproducidos en la historia del arte destaca el de su suicidio, el cual ha sido representado en la pintura con grandes cargas eróticas.
Reina de Egipto, relacionada sentimentalmente con Julio César y Marco Antonio, dos de los hombres más poderosos de su época, Cleopatra, en definitiva, es una de las mujeres más famosas de la Historia. Su imagen ha sido razón de incontables obras de arte, que van desde la pintura, la literatura, hasta el cine.
De acuerdo con Isabel Valverde y Marina Picazo, a diferencia de otras mujeres históricas, sean éstas reales o legendarias, la imagen de Cleopatra ha mantenido presencia continua en el arte occidental, sobre todo en lo que se refiere a la Literatura y Pintura.
Sin embargo, no obstante que Cleopatra ha sido fuente de inspiración de diversas obras de arte, sobre todo plásticas, aún no existe un consenso en lo que se refiere a su verdadera imagen, pues en ciertos momentos se le ha representado con tez blanca, algunos investigadores han indicado que pudo ser negra y otros más que si bien era morena, no pudo ser de color.
Además de la inexactitud de sus rasgos físicos, hay que resaltar que en el mundo del arte, a lo largo de los años, ha existido una marcada tendencia a ignorar su dimensión histórica y política de, pues la mayor parte de las obras muestran más el morbo derivado del mito que se ha generado alrededor del personaje.
De acuerdo con los estudiosos del tema, por intereses políticos, pudo haber una suerte de campaña de desprestigio hacia la figura de Cleopatra. Ya desde aquellos tiempos, hubo aparentes intentos por eliminar la imagen de Cleopatra como reina, asociando su imagen con el sexo, la traición y los excesos.
Octavio buscaba convertirse en el primer emperador romano, y estaba en contra de las monarquías, Cleopatra era una reina, y éste consideraba a las monarquías como algo decadente. Valverde y Picazo mencionan que “Cleopatra representaba el poder monárquico y, además, era una mujer; desde la concepción masculinizada del poder en Roma, ello la convertía en una anomalía de la naturaleza, en un peligro”.
Todavía durante la Edad Media, la imagen de Cleopatra era difundida por los artistas exaltando antivalores como la lujuria, y la ambición. Según Giovanni Boccaccio, en una biografía desarrollada por éste, Cleopatra fue una reina caracterizada por su crueldad y ambición, facilidad para manipular a los hombres, y capaz de seducir a todo hombre que le sirviera para sus fines, e incluso de asesinar a sus hermanos.
Por otro lado, resulta interesante mencionar que entre los siglos XVI y XVII, hubo un auge de obras artísticas (entre las que resaltaban pinturas de caballete, esculturas, grabados, y tapices) dedicadas a “mujeres fuertes”, como son por ejemplo Ana de Austria y María de Médicis. Sin embargo no hay que dejar de lado que a estas “mujeres fuertes” siempre se les ha relacionado con la violencia, lo que las “masculiniza” ante los ojos de la Historia.
Entre los capítulos de la vida de Cleopatra más reproducidos en la historia del arte destacan el Banquete de Marco Antonio y Cleopatra, el del suicidio de ésta. De acuerdo con la versión oficial, Cleopatra escribió una nota póstuma que envió a Octavio, instantes antes de dejarse morder por una serpiente para después morir a causa de su veneno. Al parecer Cleopatra podría haberse quitado la vida para evitar ser exhibida o relegada como prisionera política a manos de Octavio.
En general, las obras realizadas antes del Renacimiento, sobre todo en la Edad Media, el tema del suicidio era más bien condenado; posteriormente las obras renacentistas retomaron el punto de vista del estoico, haciendo alusión a un acto de fuerza y valentía al suicidarse para evitar el deshonor. Así existen varias pinturas que exaltan el suicidio de Séneca, Sócrates, Demóstenes.
Sin embargo, en el caso de Cleopatra, a pesar de que el hecho histórico apunta a que su suicidio pudo tener connotaciones políticas, para evitar la exhibición e incluso una posible ejecución pública ante la llevada de Octavio al poder; es común encontrar obras de arte que la muestran como una suicida pasional ante la pérdida de su amante.
Indica Mary Garrard que existe una diferencia entre la manera en que se “interpreta” el suicidio femenino, respecto al mismo acto perpetrado por un hombre: “los suicidios masculinos en el arte y en la fábula son acciones públicas o políticas, en aras de ideales filosóficos o ante el peligro o la des-gracia; los suicidios femeninos en cambio son actos de desesperación privada”.
Adicionalmente, el suicidio de Cleopatra suele ser representado en la pintura con imágenes con grandes cargas eróticas, casi siempre mostrando a la serpiente antes, durante o después de morderla en el pecho; esto a pesar de que pudo haber sido mordida en el brazo (según fuentes más antiguas).
Perteneciente a la dinastía de los Ptolomeos, la mayoría de las fuentes indican que Cleopatra pudo haber nacido en Alejandría hacia el año 69 a. C. un 16 de julio. Su muerte quedó fechada el 12 de agosto de 30 a. C. en Alejandría, Egipto. A la fecha no se ha podido asegurar donde descansan sus restos.
Fuentes: Valverde, Picazo (2008) ¿La reina vencida? Cleopatra y el poder en el arte y la Literatura. Congreso internacional “Imagines”.
Poblador Muga, María Cleopatra, entre el amor y la muerte: Una musa para la pintura del siglo XIX. Universidad de Zaragoza.