Juan José Arreola nació el 21 de septiembre de 1918 en Zapotlán Jalisco, pasó a la historia de la Literatura Nacional como uno de sus autores fundamentales, sin embargo llegó a declarar que amaba más el ajedrez.
Alrededor de Juan José Arreola se han entretejido un sinfín de mitos. Que si no terminó la primaria, que si aprendió a leer solito; la mayoría de sus biógrafos aluden a su capacidad autodidacta, sin embargo Orso Arreola, hijo del escritor, en diversas ocasiones ha mencionado que sí estudió.
Arreola dejó la casa paterna y se marchó a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela Teatral de Bellas Artes, y para costear la aventura desempeñó distintos oficios. Si bien es cierto que no pudo terminar la carrera por razones económicas, para entonces ya había aprendido lo suficiente de profesores como Fernando Wagner.
Inmediatamente que dejó la Escuela Teatral de Bellas Artes comenzó a trabajar con Rodolfo Usigli y con 21 años cumplidos se desempeñó como actor para proyectos de Xavier Villaurrutia.
Juan José Arreola también colaboró como comunicador, destaca su trabajo en el periódico “El Occidental”, donde probó no solamente su talento en diferentes ramas del periodismo, sino también su labor en funciones administrativas.
Es notable la influencia que tuvo Arreola en la difusión de la Literatura Mexicana y Latinoamericana, pues gracias a las publicaciones que coordinó se dieron a conocer obras y autores de la talla de: Rulfo, Poniatowska, Pellicer, Cortázar, entre otros, además de sus propias obras.
Arreola participó en la fundación de la Revista Eos en 1943, donde inició su carrera literaria al publicar el cuento “Hizo el bien mientras vivió”. En 1945 fundó la Revista Pan, en la que fue publicada “Nos han dado la tierra”, de Rulfo.
También coordinó la colección “Los Presentes”, en la que Julio Cortázar publicaba por primera vez “Final de juego” en 1956. Posteriormente creó “Los Cuadernos del Unicornio”, donde se incluyó “La Sangre de Medusa” de José Emilio Pacheco.
Entre las principales obras literarias de Juan José Arreola, destacan: “Varia invención” (1949), “Confabulario” (1952), “La hora de todos” (1954), “Bestiario” (1958), “Palindroma” (1971), “Gunther Stapenhorst” (1946).
Juan José Arreola fue un hombre con gran visión y con una capacidad creativa y analítica fuera de serie. A pesar de haber sido uno de los literatos más destacados de su tiempo, amaba más al ajedrez que a la Literatura, incluso llegó a declarar: “Yo no le he dedicado a la Literatura ni la milésima parte de lo que le he dedicado al ajedrez”.
