Considerado como el mejor compositor de toda la historia, Mozart murió a los 35 años, dejando un legado de más de 600 obras musicales, integradas por óperas, sonatas para piano, misas, sinfonías, y cuartetos de cuerdas.
Conocido como Wolfgang Amadeus, Johannes Chrysostomus Wolfangus Theophilus Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo, Austria. Fue hijo de Leopold Mozart, violinista, compositor y profesor, que se desempeñó como músico de la nobleza austriaca, de ahí que desde pequeño se acercó a la música, y pronto se dio a conocer por su virtuosismo.
Antes de cumplir los 6 años, el pequeño Mozart era capaz de interpretar con precisión obras musicales de distintos compositores en el clavicordio, el violín y el teclado. Sus biógrafos aseguran que a los cinco años cumplidos compuso su primera obra llamada “Minueto y Trío en Sol Mayor”.
Habiendo comenzado a darse a conocer a los 6 años, dando conciertos en distintos países de Europa, el joven Mozart fue distinguido con la Orden Espuelas de Oro, condecoración que le fue entregada, a los 14 años, por parte del Papa Clemente XIV. A los 17 años sería contratado para desempeñarse como músico de la corte de Salzburgo.
A pesar del virtuosismo que le llevó a ser reconocido en varios países de Europa, sus composiciones, por atrevidos e innovadoras para la época, no siempre fueron bien recibidas por la crítica; lo que le llevó a experimentar sentimientos de frustración y enojo, a pesar de su carácter bromista y alegre.
Desde joven, Mozart tuvo una salud más bien desequilibrada, padeció viruela, amigdalitis, bronquitis, neumonía, reumatismo, y la lista sigue. Después de un cansado proceso de enfermedad y recuperación, finalmente falleció el 5 de diciembre de 1791, y según algunos relatos lo último que hizo fue tratar de tararear su Réquiem inconcluso.
