Según Aristóteles, la humanidad actúa siempre en busca de la felicidad: placer, satisfacción, alegría…
Desde la antigüedad, la humanidad ha buscado la felicidad, para Aristóteles la felicidad era considerada como el bien supremo: la humanidad actúa siempre en busca de la felicidad. Así, todos buscaríamos placer, satisfacción, alegría…
Para los estoicos eran 4 las emociones principales: anhelo, alegría, aflicción y temor; todas ellas entendidas como enfermedades crónicas. Desde el punto de vista estoico, las emociones implican la pérdida del control de la razón, de ahí que las consideren más bien un problema.
Telesio señaló al amor y al odio como las emociones fundamentales, de las cuales se derivarían otras como el dolor, el placer, el temor, etcétera. Hobbes, por su parte, consideraba que las emociones controlan la conducta y voluntad del hombre, y concebía 4 facultades humanas fundamentales: fuerza física, experiencia, razón y emoción.
Desde el punto de vista de Descartes, existen 6 pasiones primitivas: admiración, amor, deseo, odio, alegría y tristeza (originadas en el corazón y demás vísceras del organismo).
Una emoción fuertemente experimentada puede llegar a provocar reacciones orgánicas tales como la paralización de los intestinos, la contracción de los vasos sanguíneos, la liberación excesiva de azúcar o de adrenalina.
Las hormonas también tienen una participación importante en el surgimiento y manifestación de las emociones. Entre las principales hormonas relacionadas con las emociones se encuentran las siguientes: endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, las 4 relacionadas con la felicidad y la alegría.
Por ejemplo, las endorfinas (consideradas como un analgésico natural, comparadas incluso con la morfina) ayudan a aliviar e incluso eliminar ciertos dolores físicos y emocionales; de ahí que se suela llevar espectáculos cómicos o divertidos a los hospitales.
La principal manifestación de la alegría es la risa, la cual aparece ante situaciones que causan placer. En general la alegría produce bienestar al ser humano, así como una elevación de la energía y un estado mental positivo ante las situaciones cotidianas.
A partir del 2010, cada 1 de agosto se celebra el Día Internacional de la Alegría, con el propósito de invitar a la gente a reflexionar sobre la importancia de esta emoción o estado de ánimo y reflexionar sobre las cosas que realmente nos hacen sentir bien.
