Arqueólogos del INAH descubrieron una serie de evidencias de la existencia de una aldea teotihuacana en las periferias de Texcoco.
Resaltan 60 entierros humanos, unidades habitacionales y diferentes enseres para la vida cotidiana, desde cerámica hasta accesorios personales.
CIUDAD DE MÉXICO.- Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron una serie de evidencias culturales correspondientes al periodo Clásico mesoamericano, que comprende desde el año 200 hasta el 650 d. C., por lo que los científicos han determinado que se trata de la existencia de una aldea teotihuacana en las periferias de Texcoco.
Lo que encontraron en más de un año de excavaciones son más de 60 entierros humanos, unidades habitacionales y diferentes enseres para la vida cotidiana, desde cerámica hasta accesorios personales.
Los primeros habitantes establecidos en esta aldea y sus constructores fueron los teotihuacanos; sin embargo, no fueron los únicos, ya que los arqueólogos también encontraron vestigios que prueban que los toltecas y después los aztecas habitaron la aldea, incluso encontraron entierros que corresponden a dichas civilizaciones.
El arqueólogo adscrito a la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, Alberto Mena Cruz, es el responsable de la excavación en la zona.
“Teníamos conocimiento de estas evidencias desde 1977; sin embargo, se destruyó gran parte de los vestigios arqueológicos con la construcción del edificio del Centro Corporativo Bancomer. Debido a las próximas obras, se dio aviso a la DSA y fue cuando se comenzó a excavar dentro de este inmueble, por lo que encontraron diferentes vestigios, y aproximadamente hace un año dimos con las unidades habitacionales, que nos mostraron que se trataba de una aldea”, explica.
La relevancia de estos asentamientos gira en torno a la posibilidad de conocer más de la civilización teotihuacana y su modo de vida, que pueden revelar más de lo que se conoce en la actualidad.
“Había muy poca investigación alrededor de estos vestigios, por lo que en lo consecuente vamos a determinar las fechas y la extensión total de la unidad habitacional, y con ello su población aproximada en la época de máximo apogeo”.
La filiación es teotihuacana y esto lo pudieron determinar porque es el mismo tipo de arquitectura que ya se conocía de los asentamientos en la megalópolis de Teotihuacán, y los rastros encontrados dejan ver que su modo de vida era típico de la cultura teotihuacana.
Además, la arquitectura de las viviendas, de casi dos milenios de antigüedad, está elaborada de cantos rodados, recubrimiento de estuco y un apisonado de tierra. La delimitación de los espacios al interior de las casas está hecha, en algunos casos, por adobes de arcilla (Con información de la Agencia Informativa Conacyt).