- El norteamericano Thomas Alba Edison inventó en 1877 el primer dispositivo de grabación y reproducción de música conocido como fonógrafo.
- En 2006, el sueco Daniel Ek lanzó el servicio de streaming Spotify, que además de convertirlo en un multimillonario, ha revolucionado la manera de escuchar música en millones de usuarios alrededor del mundo.
A pesar de su creciente sordera, consecuencia de una terrible fiebre escarlata de la infancia y un posterior accidente de tren, Thomas Alba Edison ha pasado a la Historia como el padre de los cimientos de la portabilidad musical. Aproximadamente 130 años después del invento de Edison, Daniel Ek lanzó Spotify, un sistema de streaming que actualmente funciona en más de 60 países alrededor del mundo y cuenta con más de 100 millones de usuarios.
El primer dispositivo que hizo sonar música ambiental en la vida cotidiana fue el fonógrafo, inventado a finales del siglo XIX por Thomas Alva Edison. El fonógrafo fue el primer aparato utilizado para grabar y reproducir sonido, funcionaba a través de un transductor acústico mecánico que emitía una vibración al contactar con las ondas sonoras. El fonógrafo fue el primer dispositivo sonoro considerado por los estudiosos del tema como un artilugio “de moda”.
Más adelante el investigador alemán Emilio Berliner perfeccionaría el aporte de Edison con la creación de un aparato muy parecido: el gramófono. Éste trabajaba a partir de un motor de cuerda que hacía girar un dispositivo en forma de plato, con ayuda de una aguja suspendida por un brazo.
Por su parte, el tocadiscos vería la luz durante la primera mitad del siglo XX. Fue en la década de 1930 que se comenzó a desarrollar discos en vinil para el registro y reproducción de sonido. Fue en los 60 que se consideraría le época de mayor auge comercial de los reproductores de este formato.
El verdadero arribo de la portabilidad y la amplificación de la comercialización en masa llegaron de la mano de la psicodelia y los inicios de la cultura pop. Patentados en la década de los 60 por Philips, los cassetes y posteriormente el walkman (en los 80) generaron un verdadero furor, no solo por el ahorro de energía, sino por la posibilidad de llevar consigo la música prácticamente a cualquier sitio.
La novena década del siglo XX un nuevo invento portátil impactaba a los amantes de la música: el reproductor de discos compactos. Todavía muy popular en distintos países, el CD funciona con una tecnología óptica que codifica una señal digital permitiendo por primera vez el almacenaje no sólo de audio, también de imagen.
Con un sofisticado sistema de compresión, las postrimerías del siglo XX presenciaron la llegada del mp3 (MPEG-1 Audio Layer 3). Karlheinz Brandenberg logró almacenar todo tipo de archivos de datos con un ahorro de 12 a 15 veces de espacio. A pesar de que la calidad real del sonido dependerá de qué tan comprimido esté éste, la tecnología que lo compone ha continuado su penetración en todos los ámbitos de la sociedad, al grado de permitir actualmente el almacenaje y reproducción incluso en teléfonos celulares.
La más novedosa modalidad para recopilar y reproducir archivos musicales actualmente se encuentra en lo que algunos llaman las nubes de audio. Así, en la inmaterialidad de la Red, los datos que conforman todo tipo de archivos sonoros habitan un “no lugar intangible”, permitiendo enormes posibilidades de almacenaje. A estas nubes se les conoce como tecnología de streaming y ayuda a la optimización de la descarga y reproducción de archivos tanto de audio como de video.
Entre los principales servicios de streaming de audio resaltan iCloud, Google Play Music, One Drive, Sound Cloud; y por supuesto Spotify. Nacido en Estocolmo, Daniel Ek conjuntó sus dotes empresariales con la gran pasión que siente por la música para generar un servicio para “compartir” música.
La multiplataforma conocida como Spotify funciona gracias a una robusta conexión a Internet de más de 250 kilobits; lo que permite tanto reproducir como descargar millones de archivos almacenados en la memoria caché del software. Spotify permite a sus usuarios tanto la posibilidad de escuchar de manera gratuita como a través de un sistema de paga.
Definitivamente los hábitos de consumo musical han ido transformándose de la mano del desarrollo de la tecnología. En un inicio, familias completas rodeaban extasiadas el fonógrafo para disfrutar de la magia de la preproducción musical, lo cual hasta ese momento sólo había sido posible asistiendo a un concierto en directo. Hoy día, millones de usuarios reproducen y descargan aleatoriamente todo tipo de archivos de audio y video, abriendo una verdadera ventana digital que parece no tener fronteras.
