Cristóbal Colón, buscando nuevas rutas para llegar a India sin tener que atravesar territorio de los turcos, solicitó apoyo de los Reyes Católicos para realizar la travesía; el propósito era mantener en pie el comercio de España.
Colón creía que podría llegar a China partiendo hacia el oeste desde las costas de Europa, pero no contempló la verdadera longitud de la Tierra. En realidad llegó a una de las islas de las Bahamas el 12 de octubre de 1492. A pesar de que estuvo en diferentes lugares, no supo que estaba en un nuevo Continente.
Fue Américo Vespucio quien comprendió que el territorio encontrado por Colón se trataba de un nuevo mundo. Vespucio era comerciante, con conocimientos en cartografía y cosmografía, y previamente había hecho algunas expediciones. En 1496, Colón y él conversaban sobre sus viajes y se presume que Américo decidió explorar al menos dos ocasiones.
En 1507 fue invitado a participar como cartógrafo en la Junta de Burgos, como parte de sus funciones de Piloto Mayor de Castilla, que incluía dar clases a nuevos navegantes y a trazar el mapa real que incorporaba los hallazgos de los nuevos territorios. Fue hasta entonces que Américo Vespucio lo anotó como un nuevo continente. Al imprimirse un libro con el mapa y peculiaridades de los viajes de Vespucio, se sugería que el nuevo mundo, como se le conocía, debía llamarse América.
Se trata de una fecha para rememorar probablemente los inicios de una historia que fue deviniendo en lo que hoy somos, para recordar de dónde venimos, dónde estamos parados, para construir, quizá, un camino.
