A 107 años de su hundimiento, el Titanic, conocido como el “insumergible”, ha inspirado diversas obras artísticas, así como interrogantes y especulaciones sobre lo que ocurriría a bordo. Hoy sabemos que existe una bacteria que se lo está devorando rápidamente.
La mítica embarcación conocida como Titanic, fue en su tiempo el transatlántico más grande y lujoso que hubiera zarpado. Además de sus dimensiones y tecnología avanzada, el Titanic pasó a la historia por haberse hundido durante su viaje inaugural. Desde entonces ha permanecido bajo el agua, dando lugar a todo tipo de leyendas y especulaciones. Hoy sabemos que existe una bacteria que se lo está devorando rápidamente.
Propiedad de la naviera White Star Line, el Titanic fue construido en el astillero Harland y Wolff de Belfast, entre 1909 y 1912. Con un peso de 45 mil toneladas y casi 270 metros de largo, se le dio a conocer como el “insumergible”, esto debido a la innovadora tecnología utilizada pare el diseño de la seguridad del navío, la cual evitaría que naufragara en caso de colisión.
Al zarpar, el Titanic tenía proyectado un recorrido de Southampton, Inglaterra, hacia Nueva York. Durante su hundimiento ocurrido entre el 14 y 15 de abril de 1912, un icebergquebrantó su sofisticado sistema de seguridad. Murieron aproximadamente mil 500 personas de las 2 mil 200 que podrían haberse embarcado, dando lugar a uno de los naufragios más grandes y sonados de la historia.
La tragedia del “insumergible” ha dado pie a decenas de obras artísticas que reviven o reflexionan sobre la fragilidad de lo humano, lo imperfecto de sus creaciones, y la angustia que vivieron los tripulantes de la embarcación. A la fecha, el Titanic ha inspirado aproximadamente 10 películas, desde documentales, dramas e incluso del género musical; además de relatos literarios y composiciones musicales.
Tal ha sido el impacto que ha generado en el inconsciente colectivo esta catástrofe marítima, que en diciembre de 2018 se anunció que a partir del verano de 2019 se podrán realizar expediciones turísticas a lo largo del Titanic, en compañía de científicos calificados, mediante un artefacto denominado Titan en el que podrán descender 3 viajeros y 2 tripulantes a cargo de cada expedición.
A más de un siglo de permanecer bajo el agua, en 2010 un grupo de científicos descubrió que existía vida en la embarcación, y que ésta se alimenta del hierro del casco. Se trata de la bacteria bautizada como “Halomona Titanicae”, la cual, además protege a la embarcación de la corrosión provocada por el exceso de sal.
La “Halomona Titanicae”, es una proteobacteria de tipo halófilo (amantes de la sal) que durante los últimos años se ha reproducido de manera desmedida, devorando a gran velocidad el hierro del navío. En el número de abril de la Revista International Journal of Sstematic and Evolutionary Biology, la científica Henrietta Mann afirma que en 1995 ella pronosticó que los vestigios del Titanic podrían durar unos 30 años más bajo el agua, pero que debido al deterioro acelerado por la “Halomona Titanicae”, podrían perdurar entre 15 y máximo 20 años.
Los investigadores han descubierto que podría haber un ecosistema habitado por la rededor de 27 tipos de bacterias, además de la “Halomona Titanicae”, lo que están analizando es la posibilidad de que esta vida bacteriana haya llegado a bordo o bien, se desarrollara después del hundimiento.