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La felicidad es una emoción sublime

por María Chamosa

• Séneca aseguraba que el ser humano busca todo el tiempo la felicidad.

• Miguel de Unamuno no sólo celebraba el llanto, incluso lo proponía como un acto colectivo.

• Desde el punto de vista científico, son las endorfinas las que nos provocan la sensación de felicidad.

Algunos autores consideran que las emociones tienen su origen en el alma, otros indican que en el cerebro, unos más que en  las hormonas. 

A lo largo de la Historia, algunos filósofos han pensado que determinadas  emociones, como es el caso de la felicidad, son más importantes que otras, lo que nos lleva a hablar de emociones consideradas mejores o más sublimes que otras; de ahí que para Aristóteles la felicidad fuera una actividad de acuerdo a la virtud. 

Séneca aseguraba que el ser humano busca todo el tiempo la felicidad.

Para Séneca, la risa era una manifestación emocional más digna que el llanto. En su obra “De la brevedad de la vida”, Séneca dijo lo siguiente: “…es más humano tomar la vida a risa que a llanto…es mejor bienhechor del género humano el que ríe que el que llora: aquél deja algún lugar a la esperanza; éste llora neciamente por aquello que no espera poder corregir”.

Y es que para Séneca el llanto se relaciona con el tormento y refiere que esto sólo deriva en angustia, lo que aleja al ser humano de la felicidad, sobre todo, siendo tan breve la vida; incluso, según afirmabaSéneca, hay sujetos que sólo lloran en público, para propiciar la compasión de los demás. 

Pero puntos de vista hay muchos, Miguel de Unamuno no sólo celebraba el llanto, incluso lo proponía como un acto colectivo, en busca de una suerte de ejercicio de sanación o desahogo colectivo. Es más, para Unamuno el ser humano no tiene por qué ser “naturalmente alegre”, esta idea lo sitúa diametralmente en contra de las aspiraciones de la risa feliz que propone Séneca. 

Desde el punto de vista científico, son las endorfinas las que nos provocan la sensación de felicidad. Conocidas también como las hormonas de la felicidad, las endorfinas son responsables de liberar sustancias químicas que producen una fuerte reacción analgésica, estimulando los centros cerebrales que producen placer, ayudando a eliminar sensaciones de displacer. 

La adrenalina, por su parte, es una sustancia vasoactiva que entre sus principales consecuencias tiende a: aumentar la tensión arterial y el ritmo cardiaco, dilatar la pupila para favorecer una visión más precisa y aumentar el ritmo de la respiración. Una relación de amor profundo y maduro, por ejemplo, deja de expedir  adrenalina para refugiarse en la sensación de quietud, armonía y seguridad que proveen las endorfinas.  

Lo que es un hecho es que resulta imposible instalarse de manera permanente en un sólo estado emocional, tanto la risa como el llanto son dos entidades que al a vez son antagónicas, pero en ciertas circunstancias también se complementan.

Todo ser humano ha reído o llorado alguna vez en su vida, hay que mencionar que  en el ámbito de las emociones, para que exista placer hay que conocer el displacer y viceversa, para que la humanidad anheleacariciar la felicidad es porque ha conocido ya la infelicidad y quiere escapar de ella. 

Las emociones son cíclicas, envolventes, de intensidad y origen variables, nunca se sabe cómo y por qué van a surgir, son impredecibles. Y es que, como decía Sartre, las emociones implican la transformación del mundo.

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