Ciudad de México 5 de octubre, 2017
- En la exposición “La Figura Humana Observada a través de la Pintura” el artista plástico Oliver Esquivel hace un recorrido por su carrera, en la cual el retrato es el hilo conductor más recurrente.
- Con una obra que pretende ser “profundamente humana”, Esquivel busca reflejar lo más personal e íntimo de cada uno, en ese espacio tan pequeño en el que nos vamos a encontrar todos”.
Retratos que comunican diversos estados de ánimo, rostros y fisonomías transfiguradas, así como imágenes que evocan recuerdos de la infancia, formarán parte de esta muestra que incluye 41 piezas producidas entre el 2008 y el presente año.
Dividida en Rostros, Cuerpos, Infancia y Cubo, la exposición muestra escenas dramáticas, íntimas y familiares, capaces de generar una empatía inmediata entre el espectador y la obra, producida a partir de calidades tonales, contrastes, primeros planos, medios tonos y acciones bidimensionales.
Aunque algunas de las piezas ya se han presentado en otras exposiciones con los títulos Días de infancia, Transfiguraciones y Cubo Rubick. El proceso y la construcción, en esta ocasión, el Politécnico decidió ofrecer una retrospectiva del artista con las producciones más emblemáticas de cada periodo creativo.
Una de las obras centrales es la denominada por el artista como “pinto-instalación”, titulada Rubick. El proceso y la construcción, la cual será donada por Esquivel al IPN. Es una pieza monumental elaborada en acrílico, grafito, carbón y pigmentos sobre madera, conformada por más 120 piezas desarmables en las que se observan imágenes en formato tridimensional.
Sobre ella el autor explicó. “Es una pieza que está en continua construcción, que es lo que he intentado hacer con mi pintura a lo largo de toda mi carrera, sobre todo con estas imágenes dobles que parecieran fotomontajes. Generar una obra que el espectador tenga que estar componiendo cada vez que la ve, no una que se quede en el recuerdo, sino una imagen siempre viva”.
En el caso de Días de infancia, dijo, “es una exploración del poder de la imagen como hacedora de recuerdos, de aquellas fotografías mentales que nos acompañan durante nuestra niñez y que se repiten en el transcurso de nuestra vida. En Transfiguraciones, las piezas juegan con el espacio y el tiempo. Es el espectador quien se encarga de ir interpretando las figuras continuamente”. Finalmente, Esquivel externó su emoción porque su obra sea vista por primera vez en el IPN. “Espero que tenga una gran cantidad de lecturas y que cada quien le dé un significado distinto a esta experiencia, que la haga suya y la identifique con algo de sí mismo”.
Esquivel, quien actualmente radica en Guanajuato, cursó la carrera de Artes Plásticas en dicha ciudad. Posteriormente realizó estudios de Dibujo y Escultura en la Universidad Complutense de Madrid, así como cursos y diplomados que nutrieron sus conocimientos y técnicas en el arte. Ha participado en múltiples exposiciones colectivas e individuales en diversos recintos de la República Mexicana, Portugal e Italia. Ha obtenido múltiples reconocimientos, entre ellos: mención honorífica en el XXIX Encuentro Nacional de Arte Joven y mención honorífica en el Premio Nacional de Pintura Julio Castillo, así como en diferentes selecciones en bienales y concursos nacionales. En dos ocasiones fue acreedor a la beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en el estado de Aguascalientes.
La inauguración de la exposición Oliver Esquivel. La figura humana observada a través de la pintura se llevó a cabo el martes 3 de octubre, a las 17:00 horas, en el Vestíbulo B del Centro Cultural Jaime Torres Bodet, ubicado en av. Wilfrido Massieu s/n, casi esq. av. IPN, col. Zacatenco, Delegación Gustavo A. Madero.
Permanecerá abierta hasta el 3 de noviembre del presente año