CIUDAD DE MÉXICO.- El próximo 27 de febrero se estrenará en la Ciudad de México, Cabaret Maldito, última parte de la trilogía del Circo de los Horrores, conformada también por Manicomio, cuya producción se viera envuelta en la polémica en 2016, al ser acusada de “satánica” por ciertos grupos religiosos en estados como Puebla, Querétaro y Monterrey.
Pero eso ha quedado atrás y el espectáculo en el que se conjugan el teatro, el circo y el cabaret, llegará en esta ocasión, y por los siguientes cuatro meses, a las instalaciones de SALA, recinto ubicado en las inmediaciones de la colonia Roma, para deleitar a los amantes del género por un poco más de 2 horas.
“México forma parte ya del Circo de los Horrores”, mencionó la noche de ayer en conferencia de prensa Suso Silva, creador y director del concepto, “…y aunque habíamos prometido no volver, el público mexicano nos ha pedido, a través de redes sociales, que regresemos y por eso estamos aquí”, afirmó.
Cabaret Maldito es una propuesta donde Lucifer es el eje central, una catedral de estilo gótico es el espacio donde el desenfreno y la diversión convergen en este espectáculo único y original cuyo costo de producción es de un millón y medio de euros en España.
Sin embargo, para la puesta en escena en nuestro país han tenido que realizarse algunas modificaciones. Sacar al Cabaret Maldito de la carpa para adaptarlo a las condiciones del SALA ha sido complicado, aseveró Silva, pero también hizo hincapié en que ello no implica la pérdida de los elementos y la calidad que son ya un referente indudable y que incluso han sido inspiración para representaciones similares.
La gente tendrá una experiencia mucho más cercana al elenco de más de 30 personas entre cantantes, actores, cómicos y malabaristas, quienes los llevarán de la risa al miedo en un ambiente de pasión, sensualidad y música.
De ser una compañía pequeña, de 25 personas que se transportaban en 3 o 5 camiones, El Circo de los Horrores pasó a ser una familia de 250 elementos con 3 espectáculos en gira, para quienes el lema “El circo ha muerto, vamos a desenterrarlo” es su motor. Suso Silva transformó sus miedos en una idea que destaca por traer a la vida, a través de elaborados vestuarios y maquillajes, a los demonios que podrían habitar en cualquier ser humano y que se subliman por medio del humor negro, el sexo y el horror, por ello, la clasificación del show, como en las dos pasadas ediciones, se mantendrá para mayores de 18 años.
Aún así, la producción no pretende entrar en polémicas, aunque considera que México necesita deshinibirse un poco, “...queremos que el público se suelte, por eso interactuamos con él”, declararon, “buscaremos a una pareja para que ventilen sus trapos sucios”, dijeron entre risas, “vamos a hablar de sexo, de sus gustos y preferencias”, concluyeron con el estilo que caracteriza al show que congregara más de 100 mil espectadores durante su primera visita a nuestro país.