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Siqueiros, gran mito de la plástica mexicana

por Redacción

Aunque algunos de sus biógrafos lo consideran oriundo de Chihuahua, su acta de nacimiento lo describe como originario de la Ciudad de México. El muralista mexicano cumplirá, este 29 de diciembre 123 años de nacimiento. 

José de Jesús Alfaro Siqueiros, más conocido como David Alfaro Siqueiros, se le reconoce como uno de los más destacados pintores mexicanos. Además, fue considerado uno de los tres grandes muralistas y exponentes de la llamada Escuela Mexicana de Pintura, junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco. 

Siqueiros realizó sus primeros estudios en Irapuato, Guanajuato, y en 1911 viajó a la capital del país para ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria y, por las noches, asistir a la Academia de San Carlos, donde inició su activismo al involucrarse en una huelga estudiantil en protesta por el método de enseñanza en la institución. 

Tenía apenas 18 años cuando se unió al Ejército Constitucionalista de Venustiano Carranza para luchar contra el gobierno de Victoriano Huerta, y luego combatió a Villa y Zapata. Tras su participación en la lucha armada regresó a la pintura y viajó a Europa en 1919. 

En París absorbió la influencia del cubismo, intrigado en particular por la obra de Paul Cézanne. Allá se encontró a Diego Rivera, y comenzó su carrera legendaria en el muralismo.

A principios de los años 20 realizó obras murales en diversos edificios públicos. En su deseo de crear un arte al servicio del pueblo, expresado mediante la pintura mural, buscó espacios completos y superficies cóncavas y convexas que le permitieran captar el rápido tránsito del espectador contemporáneo.

Su concepción de la plástica

Siqueiros concibió una composición dinámica, en la cual precisó los valores cambiantes de los cuerpos geométricos en el espacio, así como la importancia determinante de los fenómenos ópticos en la pintura mural. 

Su inclinación por lo experimental lo llevó tanto al empleo de materiales plásticos modernos (silicón, vinelita, piroxilina y acrílico), como al estudio escrupuloso de la química de los pigmentos. 

Siqueiros fue miembro del Partido Comunista Mexicano y, además de participar en la Revolución Mexicana, se unió a los combatientes en la Guerra Civil española. Debido a su activismo político, en varias ocasiones fue encarcelado y llegó al exilio político.

Además de ser un prolífico editor y creador de publicaciones periódicas, sus aportaciones al arte lo llevaron a merecer importantes distinciones y reconocimientos en México y el extranjero. Fue amigo de destacadas personalidades de la política, el arte, la literatura y la ciencia.

Algunas de las obras más destacadas de Siqueiros son “La marcha de la humanidad”, que ocupa una superficie de 4,600 metros cuadrados de paneles articulados en el Polyforum Cultural Siqueiros, y “Del porfirismo a la Revolución”, de 4,500 metros cuadrados, en el Museo Nacional de Historia. 

Además, sus obras “Nueva democracia”, “Tormento de Cuauhtémoc” y “Apoteosis de Cuauhtémoc” son parte fundamental del acervo mural del recinto cultural más importante del país: el Palacio de Bellas Artes (Con información de Prensa del INBAL). 

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