Músicos de la Orquesta Sinfónica Mexiquense
En 1594 el papa Gregorio XIII canonizó y nombró a Santa Cecilia, antes una noble romana martirizada por su fe, como patrona de la música. La fecha, 22 de noviembre, se escogió debido a que según la tradición, ese fue el día de su muerte.
La leyenda dicta que Cecilia, convertida al cristianismo, solía realizar penitencias y consagró su virginidad a Dios, sin embargo su padre la casó con un joven patricio llamado Valeriano, a quien durante la noche de bodas Cecilia dijo que un ángel del señor velaba por ella, después le advirtió que si él la tocaba como si fuera su esposa, el ángel se enfurecería y le haría pagar las consecuencias, por el contrario, si Valeriano decidía respetarla, el ángel lo amaría como la amaba a ella.
Valeriano desconcertado le pidió a Cecilia que le mostrara al ángel y que él accedería a su petición, a lo cual ella respondió que si él creía en el Dios vivo y verdadero y recibía el bautismo, entonces vería al ángel. Valeriano buscó al Obispo Urbano, quien lo bautizó.
Cuando Valeriano regresó a donde estaba Cecilia, vio un ángel de pie junto a ella. El ángel colocó sobre la cabeza de ambos una guirnalda de rosas y lirios.
Valeriano murió tiempo después asesinado junto a su hermano Tiburcio y al corniculario (suboficial asignado al gobernador de una provincia) Máximo, por orden del prefecto Turcio Almaquio.
Cecilia sepultó los tres cadáveres y después fue buscada por funcionarios del prefecto para que renegara de su fe pero en vez de ello, convirtió a quienes la inducían a seguir con la práctica de ofrecer sacrificios a los dioses romanos. El papa Urbano fue a visitarla en su casa y bautizó en ella a 400 personas.
Turcio Almaquio intentó disuadir a Cecilia de abandonar estas actividades pero ante la negativa, se le condenó a morir ahogada en el baño. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo y a pesar de haber pasado un día y una noche en semejantes condiciones, permaneció ilesa. Por ello el prefecto decidió que la degollaran. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del cuerpo.
Cecilia permaneció en agonía durante tres días y antes de morir legó su casa a Urbano y le confió el cuidado de sus servidores. Fue sepultada junto a la cripta pontificia en las catacumbas de San Calixto.
Dicha historia no puede comprobarse con documentos históricos y permanece más bien como una curiosidad de la tradición oral cristiana. Santa Cecilia es considerada la patrona de la música debido a un posible error de traducción, si bien es cierto que Cecilia, al pertenecer a una familia noble, probablemente estaba instruida en la ejecución del arpa o la cítara, la anécdota a la cual se atribuye el origen del día del músico, podría hacer referencia a un suplicio y no al canto jubiloso de una mujer quien el día de su boda canta a Dios en su corazón para rogarle que le permita mantener su virginidad, pues la palabra latina “organum“, que aparece en el texto original y que después provocaría que la santa fuera representada cargando con un pequeño órgano o un clavicémbalo, no alude a un instrumento musical sino a un fuelle con el cual se estarían avivando las brasas del método con el cual se le torturó antes de morir.
