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Químicos para el Amor, cuando el amor es odio

por Alejandro Herrera

Las relaciones de pareja y sus complicaciones, sus desgastes y contradicciones, ese es el punto de partida para los tres distintos panoramas que plantea Químicos para el Amor, puesta en escena que se presenta todos los viernes en el Foro 37, hasta el 15 de diciembre.

Tres historias que, sin una relación directa aparente, se entrelazan desde el hastío, el rencor y  la tediosa persistencia de lo cotidiano, tres parejas para las cuales el amor se ha convertido en un lastímero obstáculo que convierte la vida en un calvario, personajes que podrían ser cualquiera, el ladrón de poca monta, el oficinista, el encargado de un laboratorio. Retratos hablados que con cierto sarcasmo podrían servir como catalizador para aquello que el público, quien prácticamente se asoma a lo que ocurre como testigo de un crímen, guarda como un secreto que hiere hasta la médula.

Ingrid Espejel, encargada de orquestar el texto escrito por Carmina Narro, se enfrenta a una tarea difícil, pues lograr los matices necesarios para no caer en la farsa o en el melodrama fácil requiere conocimiento, técnica y templanza, sin embargo, la joven directora lleva a buen puerto el sobrio montaje, conformado por Aspirinas para los desahuciados, Round de Sombras y Manicure, piezas a partir de las cuales estos Químicos para el Amor detonan la vorágine agridulce del desencuentro.

La primera historia, protagonizada por José Ramón y Clarisa, nos muestra como la desconfianza y la falta de tiempo para convivir, así como el egoísmo y la desesperación, los orillarán, sobre todo a ella, quien renuncia a la maternidad para poner punto final a la rutina, a tomar violentas decisiones para las cuales ya no habrá marcha atrás.

Después, Andrés y Julia discuten sobre la disolución de su matrimonio, el primero buscará disuadir a toda costa a la mujer que todavía ama, sin embargo, detrás de la dependencia casi caricaturesca, de la sumisión, de las retorcidas nobles intenciones, se esconden también los reproches, el resentimiento y la venganza.

Por último, Manuel y Regina, quien escucha voces que la atormentan todo el tiempo, brincan de un recuerdo a otro, a manera de flashbacks, para hacer hincapié en que si bien todas las relaciones dieron comienzo bajo el influjo de un hechizo, este se va degradando poco a poco, hasta acorralar a sus protagonistas contra el desencanto para el cual no queda más opción que el para siempre.

Con las actuaciones, de Marianna Gaytán, Jorge Ramos, James Coss y León, Viridiana Toscano, Tessie Benítez y Emi López, Químicos para el Amor traslada al espectador a un ambiente claustrofóbico en el cual los velos utilizados a manera de escenografía, invitan a mirar desde una perspectiva morbosa, vouyerista, como quien contempla a través de la jaula de un zoológico para encontrarse con su lado salvaje y animal.

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